Zonas Bajas y de Costa

Situada en la parte mas baja del Jardín, también ocupa parte de la ladera adyacente. En, ella se pueden diferenciar dos áreas: una destinada a plantas exclusivas del cordón halófilo de las islas (plantas de costa) y otra destinada a especies propias del piso basal donde cabe destacar un grupo de tabaibas dulces (Euphorbia balsamifera) y algunos cardones (Euphorbia canariensis) junto a especies acompañantes propias de estas formaciones vegetales.

Las comunidades halófilas en las islas Canarias forman un estrecho cinturón sobre el nivel del mar y están condicionadas por la elevada concentración de sales en el suelo procedentes de la pulverización del agua al romper la ola en la costa (aerosol marino). Por tal motivo, muchas plantas presentan modificaciones morfológicas en sus tallos y hojas -generalmente carnosos y suculentos- donde almacenan agua salada para establecer un equilibrio (balance osmótico) que evite la deshidratación del vegetal. También es frecuente la presencia de glándulas de la sal para expulsar el exceso de la misma.

Estas formaciones presentan distintos aspectos y composición según sea el tipo de sustrato que la sustenta: arenoso, acantilado o pedregoso.

Las costas pedregosas, con arena superficial transportada desde el mar por las corrientes y los vientos constantes, son muy importantes ya que en ellas se encuentran especies y comunidades emparentadas con el continente africano. Este tipo de litoral se encuentra mejor representado en las islas orientales del archipiélago y en la vertiente oriental de Gran Canaria principalmente.

Las costas pedregoso-arenosas son mas ricas en endemismos y se encuentran en peligro debido al desarrollo urbanístico y extracciones de áridos. Casi todas las especies endémicas presentes en estas comunidades se encuentran incluidas en la lista de las 120 especies canarias en peligro de extinción.

Las plantas de costa representadas en el Jardín Canario proceden principalmente de comunidades desarrolladas sobre suelo pedregoso-arenoso. De ellas podemos destacar el chaparro (Convolvulus caput-medusae) y la piña de mar (Atractylis preauxiana). La tabaiba parida (Euphorbia aphylla) aunque no procede del cinturón costero se sitúa en áreas con cierta influencia de la brisa marina. La siempreviva rosada (Limonium tuberculatum) se encuentra en las islas orientales y posee importantes poblaciones en la isla de Lobos; en otros tiempos también estuvo presente en las depresiones salinas de las dunas de Maspalomas (Gran Canaria), donde se extinguió a raíz del desarrollo turístico de la zona. La pequeña población del Jardín procede de Maspalomas y existe el proyecto de volver a reintroducirla partiendo de este material.

Debido a las especiales condiciones ambientales que se dan en las áreas costeras y a las específicas adaptaciones de los vegetales a las mismas, se hace muy difícil cultivar estas plantas en el Jardín Canario -cuya cota inferior es de 240 m de altitud- siendo imposible el mantenimiento de algunas especies.

Fuera de la influencia marina, la vegetación establecida en las zonas bajas de las islas presenta características semiáridas y áridas, estando compuesta por especies arbustivas, suculentas, algunas espinosas y otras afilas (sin hojas), con una variada composición florística que depende de las condiciones ambientales. Los componentes más destacabas de esta formación vegetal son el cardón y las tabaibas a las que acompañan numerosas especies como el verode (Kleinia neriifolia), incienso canario (Artemisia spp.) y otras. Los tabaibales mejor desarrollados son los formados por la tabaiba dulce. Los cardones son importantes en este tipo de vegetación, ya que sirven de refugio frente al ganado a un conjunto de especies que se desarrollan en su interior como los cornicales (Periploca laevigata), tasaigos (Rubia fruticosa), cerrajones (Sonchus spp) esparragueras (Asparagus spp.), etc.

En tales formaciones se encuentran un gran número de plantas adaptadas a las condiciones de sequedad que caracterizan a esta zona de vegetación, existiendo una similitud entre plantas que no tienen entre sí ningún parentesco. Como ejemplo citaremos la tabaiba y el verode (Euphorbia balsamifera y Kleinia neriifolia), que pertenecen a diferentes familias, al igual que el cardón y la cuernúa (Euphorbia canal y Caralluma burchardii). Este fenómeno se conoce como «convergencia adaptativa» y es el resultado de haber desarrollado el mismo mecanismo de adaptación ante unas mismas condiciones ambientales.

En esta área del jardín -parte baja de la ladera- sobre la toba fonolítica o «canto blanco», se encuentran excavadas dos cuevas, una de las cuales sirvió de primer laboratorio y lugar de trabajo al creador del Jardín Botánico, Eric Sventenius.